¿Hay algo más divertido que un picnic? Seguramente se te ocurren otras opciones, pero bien planificado un picnic es una actividad muy divertida que ayuda a desconectar de la rutina, dejar a un lado el estrés y disfrutar de los niños en un entorno natural. Una comida normal que se convertirá en toda una aventura.
Aprovecha el fin de semana para dedicaros tiempo, sin prisas ni alarmas e invita a vuestros amigos. Podéis salir a algún bosque cercano, que ahora en otoño os permitirá recoger hojas, piñas, nueces y castañas o incluso buscar setas. Otra opción puede ser un parque de vuestra ciudad. Lo importante es que tenga un buen césped donde poner el mantel.
Prepara con antelación juegos para que los más pequeños disfruten. Desde una pelota para un emocionante partido de fútbol, una bolsa con globos e incluso una pequeña gymkana con pruebas. Lo importante es aprovechar el aire libre con juegos que permiten que los niños desarrollen su equilibrio y su psicomotricidad.
Es importante dar autonomía a los más pequeños y que jueguen libremente, siempre bajo la supervisión de un adulto y sin alejarse demasiado del grupo. A veces pueden tropezar y caerse en medio de sus juegos, pero para estos pequeños golpes llevaremos Calmatopic en la mochila. Una aplicación del stick o el roll-on y estarán listos para seguir con sus juegos.
Pero no hay picnic sin comida. En la elaboración de nuestro menú podemos involucrar a los más pequeños. Escoge alimentos sencillos que no necesiten calentarse y que nuestros hijos puedan ayudarnos a prepararlos como, por ejemplo, unos sandwiches o fruta cortada con formas divertidas.
Recuerda llevar bolsas de basura para recoger todos los desperdicios, dejar el lugar como lo encontrasteis e inculcarles así la cultura del reciclaje. De esta forma no sólo cuidáis el planeta sino que dais ejemplo a vuestros hijos enseñándoles a ser responsables con el medio ambiente.
Ya sólo queda extender la manta y disfrutar de la naturaleza en familia.
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